Estás bien mientras no haya conflicto y malestar a tu alrededor
Principales Rasgos
Son personas dedicadas a la búsqueda de la paz interior. Tienen paciencia infinita y “dejan ser” a los demás. Escuchan sin hacer juicios, son modestos y tolerantes. Inspiran confianza y logran que cualquiera se sienta cómodo, pues se enfocan principalmente en su lado más positivo.
- Este eneatipo es el que está más conectado con el mundo físico y con su cuerpo. Les aterra ser individuos aislados, prefieren seguir a otras personas o retirarse a sus mentes para sentirse a salvo. Renuncian a sus planes en favor de los de otros y ceden fácilmente ante las necesidades de los demás. Entienden que el mejor modo de vivir en armonía es no causar problemas y complacer. Les gusta moverse en estructuras conocidas y tradicionales. No hacen valer su voluntad, se mantienen en segundo plano, se adaptan y se conforman.
Ignoran todo aquello que pueda perturbarles, insensibilizándose alcanzan ese grado de paz mental donde les gusta vivir. Contrarrestan el dolor y el sufrimiento forzando cierta sensación de apacibilidad que finalmente se acaban creyendo. Para protegerse, son capaces de encontrar el lado bueno de todo lo que aparentemente podría ser malo.
Les gusta relacionarse con los demás, pero no quieren que se espere mucho de ellos, por lo que se distancian mental y emocionalmente. Se crean un refugio interior lleno de recuerdos idealizados y fantasías donde los demás no son ellos, sino la idea positiva que se quiere reforzar de los mismos, lo cual les permite evitar las crisis pero también el crecimiento que conlleva superar las dificultades. Se encuentran cómodos en el papel de pacificadores o mediadores entre partes en conflicto.
No le piden mucho a la vida, no son ambiciosos, prefieren lo sencillo y fácilmente accesible. Combaten la ansiedad enfrascándose en sus rutinas. Viven en piloto automático y se entregan a pequeños sueños que puedan cumplir y no a grandes retos. En algunos casos podrían caer en la pereza y la apatía, obviando todas las oportunidades a su alrededor para crecer y progresar cuando únicamente se trata del bien hacia sí mismos.
- El deseo continuo de encajar les hace muy difícil decir “no”. Por agradar a todo el mundo, podrían decir que van a hacer algo, aunque, a la hora de la verdad, no lo hagan. No obstante, evitar el desacuerdo lleva inevitablemente a un profundo resentimiento. Ignoran la ira, la frustración y, en definitiva, cualquier sentimiento negativo. Con su buen carácter, pagan un elevado precio por mantener la paz.
Su excesiva humildad prácticamente les lleva a desaparecer. Piensan que su presencia y sus opiniones no tienen valor, lo cual minimiza sus expectativas y les ayuda a no sentirse desilusionados con la vida. Ponerse en último lugar podría derivar en soledad y depresión, cansarse rápidamente y necesitar muchas horas de sueño como forma de evitar que la realidad les afecte. Son indecisos, podrían pasar largo rato mirando algo fijamente como forma de evitar ponerse en movimiento. Prefieren que los demás les dejen en paz y, por supuesto, no les animen a hacer algo, sea lo que sea.
Estas personas basan su filosofía de vida en una mezcla de sentido común, textos sagrados, proverbios, refranes, etc. que les ayuda a enfrentarse a las dificultades y a protegerse de ellas. Son simplistas y tienden a generalizar. Podrían aceptar situaciones fatalistas con indiferencia, como si no se pudiera hacer nada por cambiarlas. Rechazan sus intuiciones y lo que sus cinco sentidos les devuelven sólo para aferrarse con terquedad a aquello que desean que sea cierto y dejar de preocuparse.
Los nueve tienden a escoger parejas muy seguras de sí mismas o, incluso, agresivas, para tener en la otra persona las cualidades que a ellos les faltan. Su autoestima aumenta no por lo que ellos valen, sino por lo que pueda valer el otro. Lo idealizan y se funden con él hasta casi desaparecer. De este modo, cualquier cosa que le ocurra a su pareja la sienten como si les ocurriera a ellos mismos, cayendo en la dependencia. Ante esto, el otro podría aprovecharse de su buen carácter o cansarse de su espíritu tan sumiso.
Si, después de leer todo lo anterior, crees que eres una persona eneatipo 9, algunos de estos consejos podrían ayudarte en momentos difíciles:
Lucía es una extraordinaria coach motivacional que posee la habilidad de traspasar las barreras emocionales y generar un clima de naturalidad, cercanía y confianza, lo cual me llevó a lograr lo que necesitaba con resultados realmente increíbles.
Desde la primera sesión, fue como un gran descubrimiento personal. Lucía me ayudó a quitar barreras que me ponía diariamente y a saber realmente los objetivos a los que quería llegar. Por esa razón, a pesar de haberme ido a otro país a raíz del proceso que empecé con ella, sigo teniendo mis sesiones por Skype desde Australia.
Lucía me acompañó en un objetivo que tenía un poco enquistado. Ella me cogió de la mano y me invitó a conseguirlo a mi ritmo, con mis pasos, sin juzgarme. Fue un verdadero despertar. Gracias Lucía.
Gracias a Lucía he aprendido a conocerme mejor, a saber con qué valores me identifico y cuáles son mis objetivos. Además, me ha ayudado, personal y profesionalmente, a luchar por lo que realmente quiero y solucionar mis problemas de una manera que, sin decirme nada, me lo dice todo.
Lucía se implica desde el principio y no sólo durante la sesión. Aunque no nos veamos, en el seguimiento que hace de mis objetivos la noto comprometida y profesional 100%. Agradecido a la persona que me recomendó su trabajo.
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Lucía es sinónimo de vocación y amor por su profesión. Sólo aquellos que aman lo que hacen pueden dar lo mejor de sí. Ella disfruta con el eneagrama, la PNL y el coaching y hará que abras los ojos ante tus infinitas posibilidades de mejora.